miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cómo elaborar un proyecto (parte 1)

¡Hola a todas y todos de nuevo!
Esta semana vamos a ver los diferentes modelos que hay para llevar a cabo un proyecto de intervención, además reflexionaremos acerca de cada uno de ellos/as y os contaremos cuál es el modelo que solemos utilizar realizar nuestros proyectos.

¿Qué es un proyecto?



“La acción de organizar y estructurar en un periodo de tiempo determinado y en un área, sector o ámbito definido, un conjunto de actuaciones y actividades a través de unas técnicas y métodos conocidos, todo utilizando una serie de recursos específicos, tanto humanos como financieros, técnicos y materiales con la finalidad de conseguir unos objetivos concretos.”  (Mille, J.M.)


A lo largo de nuestra etapa como estudiantes de Trabajo Social, en diferentes asignaturas hemos tenido la oportunidad de realizar proyectos de distinta clase y es por ello que se ha escogido esta definición de proyecto, ya que pensamos que es la que más se ajusta a aquello que hemos estudiado a lo largo de nuestros cuatro años de grado.

Algo que nos hizo reflexionar en clase es la introducción de los empleados y empleadas dentro del saco de recursos, como algo impersonal que no tiene ni voz ni voto y que tiene el mismo valor que un recurso material, entre otros. Por tanto, como veréis en futuras publicaciones, el equipo de trabajo ha decidido crear otro apartado llamado "personal" y sustituirlo por los "recursos humanos".




¿Cómo surge un proyecto?

"Todo proyecto nace a partir de una idea, la cual contiene propuestas originales y creativas expresadas con sencillez, precisión y sensibilidad" (García Martínez, C.E).


Hay una gran variedad de modelos para diseñar proyectos sociales, de hecho, cada entidad tiene su propia plantilla “customizada” sobre cómo elaborar un proyecto.


Todos los proyectos que se llevan a cabo tienen como similitud las partes que lo componen, de una u otra manera, se hace referencia a lo mismo. Lo que diferencia algunos modelos de otros, es el enfoque que se le da; mientras uno hace más hincapié en los resultados y en la evaluación de éstos, otros están encaminados a evaluar el proceso más que los resultados. Nos parece interesante enfocar la evaluación en los procesos ya que es ahí donde más cambios se pueden observar y, aunque quizás no se cumplan los objetivos preestablecidos, evaluar el proceso nos ayuda a analizar qué otros propósitos si se han conseguido durante la duración del proyecto y reorientarlo en cualquier momento.






¿Qué modelos existen?



En clase, nuestro profesor Carles Monclús (@carlesmonclus) nos propuso varios modelos, entre ellos uno propio, un esquema sencillo que incluye los siguientes apartados:
  1. Título
  2. Datos identificativos
  3. Descripción
  4. Justificación
  5. Destinatarios
  6. Objetivos ⇨la forma de definir los objetivos variará en función del modelo que se vaya a utilizar.

En el modelo A los objetivos de propuesta son una guía orientadora de la acción, un planteamiento ético, en este modelo los resultados no se pueden concretar ya que la sociedad se encuentra en continuo movimiento, si se definen los propósitos se limita la libertad de los sujetos en su evolución.  En este modelo se pueden definir objetivos específicos que marquen las actividades a realizar, de carácter orientativo de la acción sin definir los resultados previstos.


El
modelo B es el modelo tecnológico, aquí los objetivos generales indican la finalidad del proyecto pero están delimitados, no pueden haber más de 3 o 4 y no indican los resultados concretos sino nos dan una información muy general. Además los específicos van unidos a los generales, concretando estos últimos.

Por último, el modelo C, elaborado por Ander-Egg, presenta un objetivo general que hace referencia al propósito central del proyecto e incluye varios objetivos específicos, expresados y orientados a las metas o los `productos.


Bajo nuestro punto de vista, el modelo A 🔝🔝nos parece el más apropiado para realizar proyectos de animación sociocultural ya que se centra en las relaciones interpersonales y la autopercepción. Lo más interesante de este modelo es que prioriza a las personas antes que la obtención de unos resultados a través de indicadores. El interés de este modelo es que al no tener unos resultados previstos, puedes modificar el proyecto conforme se vayan estableciendo los procesos.

Dicho esto, esperemos que os haya servido para reflexionar acerca de cómo hacer la primera parte de un proyecto, próximamente, volveremos para contaros la continuación de cómo elaborar un proyecto.
¡Hasta la próxima!

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