miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cómo elaborar un proyecto (parte 2)

¡Hola a todas y todos! Estamos de vuelta para continuar con la segunda parte de cómo elaborar un proyecto.

Para los que no os acordéis, os planteamos en la entrada anterior un esquema con las partes de un proyecto sencillo que intenta centrarse en el proceso y la comunicación, además explicamos en la parte de objetivos los diferentes modelos que podíamos encontrar.

Así que seguimos con las siguientes partes del proyecto:

      7. Organización y metodología.
      8. Cronograma de tareas.
9. Actividades y servicios que se ofrecen.
10. Cronograma/ Calendario-resumen de las actividades.
11. Difusión.
12. Recursos.
13. Personal.
14. Evaluación: modelo y instrumentos.



En esta segunda parte, es muy importante aclarar aspectos tales como qué pretendemos conseguir, cuáles serían las técnicas para poder conseguir los objetivos pensados, qué tipo de participación se quiere y cuál es la que se consigue, qué herramientas se utilizaran para que esa participación sea posible, etc.

Sería recomendable incluir un organigrama en la parte de organización y metodología.
Que todas las actividades queden recogidas y plasmadas visualmente nos da facilidades a la hora de poder tener una amplia visión y entendimiento de todo lo que se va a llevar a cabo en el proyecto. Plantear un buen calendario de actividades puede ser una parte llamativa ya que puede interesar a aquellas personas que quieran participar.

La parte de difusión es sumamente importante, iría ligada a un calendario bien planeado de las actividades. En esta parte hay que tener en cuenta varios puntos en cuenta:

  • A quien se quiere comunicar.
  • Qué se quiere comunicar.
  • Cómo se quiere comunicar
  • Con que se quiere comunicar.
  • Cuando se quiere comunicar.

Lo cierto es que en todos los proyectos que habíamos realizado en las diferentes asignaturas del Grado hasta ahora, no habíamos profundizado en esta parte, por ahora solo habíamos realizado instrumentos para la difusión.



Aquí, las nuevas tecnologías son óptimas para ayudarnos con la difusión de nuestro proyecto, ya que podemos recurrir a aplicaciones móviles como el WhatsApp o las redes sociales como Facebook o Twitter. Si por algún motivo no se tiene acceso a la difusión vía red, siempre podemos contar con recursos como son carteles, flyers, trípticos, cuñas radiofónicas, etc.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que recursos necesitamos para saber cual es el coste real del proyecto (Coste de recursos propios, coste de recursos adscritos y coste de recursos estructurales)  y cual es el presupuesto con el que podemos contar.
En esta parte, la financiación del proyecto es muy significativa ya que puede cambiar el presupuesto.

Por último, la evaluación es uno de las partes más importantes del proyecto. Con esta sabremos en qué hemos fallado, si teníamos que modificar algo, si las acciones propuestas han llegado a la gente, si hemos conseguido lo que buscábamos, si el proyecto ha sido un éxito o un fracaso, etc. Nos permitirá además desarrollar todo el proceso interno del proyecto y cuáles han sido los resultados finales y el impacto obtenido.



Una vez acabamos con la teoría, nos pusimos con la práctica, con nuestro propio proyecto. Y aquí empezó la lluvia de ideas, que si un tema ambiental, cerca de huertos, en colegios para que los niños y niñas estén en contacto, después un huerto ecológico en un cole, etc., como una de nosotras es de Catellar-Oliveral decidimos que fuese ahí, ya que lo rodean campos y contaba con los recursos necesarios.

Así que nos dispusimos a hablar con Carles y nos hizo reflexionar sobre el tema escogido, porque claro, es un tema que ya se ha puesto en marcha en algunos colegios de Valencia además, y lamentablemente para nosotras, desde una perspectiva real, los trabajadores y trabajadoras sociales no están lo reconocido que deberían en el ámbito educativo.

Seguimos reflexionando y lo que nos proponía el profesor nos motivaba cada vez más, nos sugería trabajar a nivel comunitario ¿y por qué no hacerlo con personas mayores y jóvenes?, nadie mejor que ellos y ellas para enseñar y crear un sentimiento de pertenencia y de valores hacia los más jóvenes. Y así crear actividades como la del huerto, historias de vida, búsqueda de fotografías antiguas, etc., con el objetivo de establecer un vínculo intergeneracional.

¡¡Así que muy ilusionadas nos embarcamos hacia la realización de nuestro proyecto!! Os iremos contando y esperemos que os guste tanto leerlo como a nosotras realizarlo.

¡Hasta la próxima!



Cómo elaborar un proyecto (parte 1)

¡Hola a todas y todos de nuevo!
Esta semana vamos a ver los diferentes modelos que hay para llevar a cabo un proyecto de intervención, además reflexionaremos acerca de cada uno de ellos/as y os contaremos cuál es el modelo que solemos utilizar realizar nuestros proyectos.

¿Qué es un proyecto?



“La acción de organizar y estructurar en un periodo de tiempo determinado y en un área, sector o ámbito definido, un conjunto de actuaciones y actividades a través de unas técnicas y métodos conocidos, todo utilizando una serie de recursos específicos, tanto humanos como financieros, técnicos y materiales con la finalidad de conseguir unos objetivos concretos.”  (Mille, J.M.)


A lo largo de nuestra etapa como estudiantes de Trabajo Social, en diferentes asignaturas hemos tenido la oportunidad de realizar proyectos de distinta clase y es por ello que se ha escogido esta definición de proyecto, ya que pensamos que es la que más se ajusta a aquello que hemos estudiado a lo largo de nuestros cuatro años de grado.

Algo que nos hizo reflexionar en clase es la introducción de los empleados y empleadas dentro del saco de recursos, como algo impersonal que no tiene ni voz ni voto y que tiene el mismo valor que un recurso material, entre otros. Por tanto, como veréis en futuras publicaciones, el equipo de trabajo ha decidido crear otro apartado llamado "personal" y sustituirlo por los "recursos humanos".




¿Cómo surge un proyecto?

"Todo proyecto nace a partir de una idea, la cual contiene propuestas originales y creativas expresadas con sencillez, precisión y sensibilidad" (García Martínez, C.E).


Hay una gran variedad de modelos para diseñar proyectos sociales, de hecho, cada entidad tiene su propia plantilla “customizada” sobre cómo elaborar un proyecto.


Todos los proyectos que se llevan a cabo tienen como similitud las partes que lo componen, de una u otra manera, se hace referencia a lo mismo. Lo que diferencia algunos modelos de otros, es el enfoque que se le da; mientras uno hace más hincapié en los resultados y en la evaluación de éstos, otros están encaminados a evaluar el proceso más que los resultados. Nos parece interesante enfocar la evaluación en los procesos ya que es ahí donde más cambios se pueden observar y, aunque quizás no se cumplan los objetivos preestablecidos, evaluar el proceso nos ayuda a analizar qué otros propósitos si se han conseguido durante la duración del proyecto y reorientarlo en cualquier momento.






¿Qué modelos existen?



En clase, nuestro profesor Carles Monclús (@carlesmonclus) nos propuso varios modelos, entre ellos uno propio, un esquema sencillo que incluye los siguientes apartados:
  1. Título
  2. Datos identificativos
  3. Descripción
  4. Justificación
  5. Destinatarios
  6. Objetivos ⇨la forma de definir los objetivos variará en función del modelo que se vaya a utilizar.

En el modelo A los objetivos de propuesta son una guía orientadora de la acción, un planteamiento ético, en este modelo los resultados no se pueden concretar ya que la sociedad se encuentra en continuo movimiento, si se definen los propósitos se limita la libertad de los sujetos en su evolución.  En este modelo se pueden definir objetivos específicos que marquen las actividades a realizar, de carácter orientativo de la acción sin definir los resultados previstos.


El
modelo B es el modelo tecnológico, aquí los objetivos generales indican la finalidad del proyecto pero están delimitados, no pueden haber más de 3 o 4 y no indican los resultados concretos sino nos dan una información muy general. Además los específicos van unidos a los generales, concretando estos últimos.

Por último, el modelo C, elaborado por Ander-Egg, presenta un objetivo general que hace referencia al propósito central del proyecto e incluye varios objetivos específicos, expresados y orientados a las metas o los `productos.


Bajo nuestro punto de vista, el modelo A 🔝🔝nos parece el más apropiado para realizar proyectos de animación sociocultural ya que se centra en las relaciones interpersonales y la autopercepción. Lo más interesante de este modelo es que prioriza a las personas antes que la obtención de unos resultados a través de indicadores. El interés de este modelo es que al no tener unos resultados previstos, puedes modificar el proyecto conforme se vayan estableciendo los procesos.

Dicho esto, esperemos que os haya servido para reflexionar acerca de cómo hacer la primera parte de un proyecto, próximamente, volveremos para contaros la continuación de cómo elaborar un proyecto.
¡Hasta la próxima!

lunes, 14 de noviembre de 2016

Animando desde la infancia

Animando desde la infancia

¡¡Hola a todas y todos!!

Hoy hablaremos sobre el juego, la primera referencia sobre juegos que existe es del año 3000 a. C. Los juegos son considerados como parte de una experiencia humana y están presentes en todas las culturas. Probablemente, las cosquillas, combinadas con la risa, sean una de las primeras actividades lúdicas del ser humano, al tiempo que una de las primeras actividades comunicativas previas a la aparición del lenguaje.

Esta semana os pedimos que volváis atrás en el tiempo y recordéis vuestra infancia. ¿Cómo fue? ¿A qué juegos jugasteis?
Hoy hablaremos sobre la Animación Sociocultural en la infancia. ¿Cómo se da? ¿Cómo ha cambiado?
Para hablar de tiempo libre infantil, hay que tomar a la escuela como referente, ya que es la ocupación obligatoria para la infancia. El tiempo libre es el tiempo que les queda a los/as niños y niñas descontando las actividades para escolares (deberes, estudio…) y tareas domésticas y fisiológicas. Pensamos que actualmente existe una sobrecarga de estas tareas para escolares, que absorben cada vez más el tiempo que les queda para jugar y relacionarse. ¿Vosotros que pensáis?
El mundo del juego es uno de los contextos fundamentales de la infancia y esto no ha cambiado. Lo que sí ha cambiado es la manera de ocupar el tiempo libre. Si recordamos, quizás de nuestra propia infancia,  antes el tiempo libre infantil consistía en quedar en algún sitio a jugar a la cuerda, la pelota, etc, lo que nos ayuda a relacionarnos, en cambio, ahora el tiempo libre está más restringido por edades y existe una falta de espacios creativos, públicos o voluntarios, para que generen sus propias actividades de forma autónoma o guiados por un profesional.
Se puede afirmar que el juego, como cualquier realidad sociocultural, es imposible de definir en términos absolutos, y por ello las definiciones describen algunas de sus características. Entre las conceptualizaciones más conocidas apuntamos la siguiente:
  • Huizinga (1938): «El juego es una acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de —ser de otro modo— que en la vida corriente.»
Además este tiene las siguientes características:
  • Es libre.
  • Organiza las acciones de un modo propio y específico.
  • Ayuda a conocer la realidad.
  • Favorece el proceso socializador.
  • Cumple una función de desigualdades, integradora y rehabilitadora.
  • En el juego el material no es indispensable.
  • Tiene unas reglas que los jugadores/as aceptan.
  • Sus reglas pueden ser modificadas de manera instantánea según el contexto.
  • Se realiza en cualquier ambiente.
  • Es educativo.
  • Relaja el estrés.
  • Se transmiten valores e ideologías.

Actualmente, la mayoría de servicios públicos que existen sobre la animación sociocultural infantil son para niños/as en riesgo, y aunque sea necesario, no es del todo beneficioso porque no se relacionan con los/as demás niños/as que no estén en su situación. Esto no ayuda a crear una comunidad porque deja excluidos a aquellos/as que no entran en ese perfil, no son, por así decirlo, “merecedores” de este servicio.
Cabe destacar, que en la actualidad los/as niños/as no disponen de la capacidad para elegir las actividades que realizar una vez finalizan su jornada académica. Mayoritariamente, son los padres los que se encargan de elegir qué tipo de actividades extraescolares deben de realizar sus hijos/as una vez finalizan su jornada, ya sea por motivos de trabajo o por motivos personales, normalmente apuntan sus hijos/as a una serie de actividades que más les convenga a su situación.




Por otro lado, tenemos diferenciar entre Animación Sociocultural en la Infancia y la Industria de ocio infantil:
En la Animación Sociocultural el objetivo de intervención es educar mediante el ocio. Se realiza desde un análisis de necesidades de los sujetos y la concepción de un modelo educativo. La Industria del ocio infantil sin embargo, tiene su objeto en el consumo, dando prioridad a los objetivos de rentabilidad económica. Se realiza a partir de un estudio del mercado y suele darse por entidades comerciales privadas.

¡Nos leemos en la próxima entrada!

miércoles, 2 de noviembre de 2016

"Construyendo la ciudadanía juvenil"

¡Hola a todos y todas!

Jóvenes, ¿alguna vez habéis sentido que vuestra voz no tiene voto y que lo que nos ofrecen no representa exactamente lo que nos habría interesado? ¿Quién de nosotros no ha dicho o oído decir alguna vez, “¿para qué inmutarme si al final siempre hacen lo que quieren?”



En la última clase reflexionamos acerca de la lectura “Construyendo la ciudadanía juvenil” de Jorge Benedicto. Aunque os invitamos a que os toméis el tiempo para leerlo, las conclusiones que sacamos eran que, en cuanto a la  juventud se refiere, todavía no se nos ve como “ciudadanos de pleno derecho”, entre otras cosas porque todavía dependemos de nuestros padres, y porque desde mediados del último siglo nos hemos mantenido pasivos ante la política. También plantea que para erradicar esto se deben de tomar medidas en políticas juveniles para introducir a estos “ciudadanos a la espera” lo antes posible en la “vida adulta”.

Se produjeron varias opiniones y todas ellas muy interesantes, como por ejemplo, ¿cuentan con los/las jóvenes para construir las políticas sociales que se hacen para nosotros/as, o, por el contrario, las hacen para tenernos contentos/as pero nadie ha pensado en nosotros/as?
Pensamos que estas políticas sociales deberían realizarse desde grupos comunitarios de gente joven porque nadie mejor que nosotros/as sabemos lo que queremos y los que nos gusta o nos beneficia, sin embargo, en muchas Administraciones Locales encontramos meras entidades que dan recursos para los/las jóvenes pero sólo informan, si te parece bien te apuntas y vas sino, no vayas.
Después comentamos, que la única participación que se nos pide desde que somos pequeños y pequeñas ha sido elegir el delegado o delegada de clase o votar en la junta de estudiantes, esto nos lleva a pensar que es lo mismo que hacemos cuando somos adultos, cada cuatro años votamos y ya está, no hay más participación por nuestra parte en las políticas hechas para nosotros/as, por ello muchas veces éstas no dan soluciones a nuestros problemas.
Otros de los temas surgidos fue la comparación de los movimientos participativos en los/las jóvenes antes y en la actualidad.   

Mientras unos opinaban que antes la gente se alzaba más sus derechos, otros decían que ahora hay más libertad y las reivindicaciones ya no son tan visibles, pero eso no significaba que hubiese menos movimiento. En este tema, no podemos comparar generaciones ya que las vivencias de nuestros padres y madres no es la misma que vivimos ahora. Si es cierto, que tenemos más libertad pero es normal, las cosas evolucionan (o al menos deberían hacerlo), pero también es cierto que no ha habido ninguna generación en la que la situación económica-laboral sea tan precaria. También hay que tener en cuenta que, en una sociedad cada vez más individualista, no se dan oportunidades de participación de política juvenil si no está ligada a intereses comunes ya existentes.
Para terminar, coincidimos con Benedicto cuando dice que “en primer lugar, la acción de los poderes públicos tiene que estar enfocada básicamente a crear oportunidades para que los/las jóvenes puedan ir accediendo a nuevos espacios de autonomía que les permita decidir la orientación y el ritmo a seguir en sus proyectos de futuro y desarrollar su capacidad de acción participativa” (Benedicto, 2011, p. 30).

Esperemos que os haya sido de interés y que os hayamos animado a leerlo.

¡Hasta la próxima!